Posiblemente la ciudad de Panamá sea la ciudad en la cual he estado donde más metros cuadrado se están construyendo a la vez, tan próximos unos de otros que a veces parece ser parte de una misma obra.
Como profesional de la construcción, mi visión de Panamá luego de una visita de unos días a la ciudad, es la de una ciudad pujante, que aprovecha al máximo sus metros cuadrados, su privilegiada ubicación, su auge económico. Una ciudad en donde hay trabajo para todos los gremios relacionados a esta tan difícil y vulnerable industria. Una ciudad donde se mueven capitales, una ciudad como pocas en Latinoamérica y casi ninguna en Centroamérica, que esta actualmente viviendo un proceso imparable de construcción (1).
Como arquitecta tal vez me emociono más, cuando recorro el casco antiguo de la ciudad y compruebo como ha comenzado ya hace algunos años el proceso de revalorización de un pasado que identifica a los panameños como sociedad y les devuelve parte de su historia.
Dos realidades completamente diferentes que acontecen de manera simultánea a cada lado de la bahía separadas solamente por un mar que le sirve de reflejo. Dos realidades que resumen muchas corrientes y pensamientos del quehacer actual de la arquitectura: un imparable desarrollo urbano por un lado y la conservación del patrimonio arquitectónico por el otro.
Ya desde el avión, Panamá se nos ofrece como un oasis para la inversión inmobiliaria; rascacielos eternos que emergen por la ciudad, siluetas de los edificios que se recortan en el cielo y conforman un moderno perfil sobre el mar.
Una vez en hotel (que seguramente también será un edificio de “varios” pisos), folletos y revistas nos venderán estas nuevas viviendas como símbolo de poder, bienestar, y porque no de felicidad… todo lo tenemos ahí: apilados uniformemente unos sobre otros, vivienda, bares, negocios, spa, gimnasio, piscina, y hasta helipuerto. Solo basta con apretar un botón del ascensor para trasladarnos del trabajo, al ocio, del ocio al hogar. Torres de diseño, obras de autor, edificios de papás millonarios y apellidos famosos (2).
Diversas razones, entre las que se encuentran el tránsito anual de catorce mil barcos por el país, los 150 bancos mundiales que tienen sede en la ciudad y que albergan capitales de empresas, han motivado el denominado boom inmobiliario, un efecto que ha traído como resultado la construcción de edificios de gran altura, de más de cincuenta pisos.
Durante varios años, el horizonte de la ciudad de Panamá había permanecido bastante quieto, con sólo cuatro edificios de más de 150 m. A partir de comienzo de la década del 2000, la ciudad experimentó un gran auge de la construcción, con los nuevos edificios que se levantan por toda la ciudad (3).
Con una legislación que ampara y promueve estas tipologías para determinadas áreas de la ciudad, la zonificación de la ciudad fue regulada en el 2004 (4). En los últimos años se contrató a costo multimillonario la confección de un plan regulador para la ciudad de Panamá. Una de sus recomendaciones es aumentar la densidad de la ciudad, es decir la cantidad de población por unidad de área, forzando un uso más intensivo mediante edificios cada vez más altos.
Es inevitable sorprenderse ante este escenario, imaginarse cuanta tecnología puesta al servicio de la arquitectura, preguntarse quién vivirá detrás de esa proliferación de ventanas una al lado de la otra, una sobre otra … y entonces nos invade una pregunta: ¿Estará preparada la ciudad para recibir todas estas esbeltas torres de cristal?
Congestionamiento del tránsito, (dado que la ciudad crece en población, edificaciones y automóviles a una velocidad muchísimo mayor que la construcción y ampliación de avenidas), así como de estacionamientos públicos, infraestructura colapsada, precios inaccesibles para la mayoría de la población son también consecuencia de este boom que a pesar de todo parece no detenerse.
Mientras tanto, del otro lado de la bahía, se escuchan los fuertes latidos de un hasta hace poco olvidado casco antiguo de la ciudad, el llamado barrio de San Felipe (5). Declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1997, este barrio cuenta con bellos edificios del siglo XIX, exponentes de estilos arquitectónicos español, francés y americano.
En su interior se erigieron edificios religiosos, militares y civiles los cuales se conservan y hoy en día albergan las principales instituciones de la República: el Palacio Municipal, el Palacio de Gobierno y Justicia, la Corte Suprema de Justicia (remodelada para ser la sede del Instituto Nacional de Cultura), la Cancillería, así como la Catedral Metropolitana frente a la Plaza Mayor denominada también Plaza de la Independencia, el Teatro Nacional, y numerosos museos. Además hay una gran cantidad de casas antiguas que denotan el auge y poder económico que ya tenia esta región en el pasado.
Esta zona por estos días esta transitando un proceso de reconversión muy interesante. Sus hermosas edificaciones, hoy son convertidas en pequeños hospedajes, cafés, restaurantes al aire libre y tiendas de souvenir que le otorgan al barrio una atmósfera de sosiego y remanso.
Sin embargo, tampoco aquí el panorama parece ser del todo fácil, ya que este barrio una vez abandonado por la burguesía panameña que lo erigió, fue utilizado por las clases sociales de menores recursos quienes ocuparon las antiguas mansiones y las subdividieron provocando los conocidos problemas de hacinamiento, marginalidad, y deterioro que sufrieron muchos cascos antiguos de nuestras ciudades latinoamericanas.
El proceso que hoy vive esta zona de la ciudad debe estar acompañado de políticas claras sociales de inclusión, de intenciones colectivas de devolverle a la ciudad y principalmente a todos sus ciudadanos una parte de su pasado.
Ya se han realizado algunas importantes obras de infraestructura para conectar el área con el resto de la ciudad, pero el desafio es aún muy grande, las edificaciones van subiendo el precio de venta, se observan algunos problemas en cuanto a desagües y falta de infraestructura, el porcentaje reparado es todavía escaso y el daño provocado por tantos años de olvido muy grande.
Las intenciones sin embargo estas marcadas y como amante de la conservación del patrimonio y la puesta en valor de nuestro pasado, sin dudas estos procesos me entusiasman y confortan.
Dos caras de una ciudad, dos tiempos yuxtapuestos en sus calles, por un lado el pasado con sus lentas calles llenas de tradición y casas con tejados, del otro lado un futuro que no se detiene a preguntar demasiado… en el medio este presente que nos envuelve como la brisa del mar en las noches de verano pues (6).
(1) Actualmente en Panamá, se encuentran en proyecto, aprobados o en construcción una gran cantidad de edificios que superan los 200 m. de altura, e incluso algunos que alcanzan los 300m. y estarán incluidos dentro de los 200 rascacielos más altos del mundo. Se ha convertido en la "ciudad de los rascacielos" de América Latina.
(2) Por ejemplo :Trump Ocean Club International Hotel & Tower, Yoo panamá & Arts Tower ( by
Philippe Starck)
(3) A comienzos de 2011 se terminó de construir The Point, con 266 m. es el edificio culminado más alto del país. En proyecto futuro resalta la Torre Financiera, un rascacielos propuesto en la ciudad de Panamá, que sobrepasará a los demás rascacielos, convirtiéndose en la edificación más alta del país y de América Latina.
(4) La zonificación de la ciudad, que fue regulada en 2004 por el Ministerio de Vivienda (MIVI), define a los sectores de San Francisco, Punta Paitilla, Calle 50, Avenida Balboa, Costa del Este, Punta Pacífica como áreas aptas para la construcción de edificios altos. Actualmente, la construcción de este tipo de edificio está reglamentado por la Ley 49 de 2004, que derogó la Ley 78 de 1941, la cual establecía que la altura estaría condicionada por el ancho de la vía donde se encontrase la estructura. Con la nueva ley 49, su altura queda definida en función de la densidad de población del terreno, que como máximo en ciertas zonas, podrá ser de 1500 residentes por hectárea.
(5) Es la segunda Ciudad de Panamá fundada en 1673 después de la destrucción de la primera ciudad hoy denominada "Panamá La Vieja", hecho ocurrido en 1671 con el ataque del pirata Henry Morgan. Es por esta razón que su nueva construcción se hizo como ciudad fortificada con una gruesa muralla de piedras y siete baluartes para protegerla de cualquier intento de ataque pirata. Su trazado, del siglo XVII y propio de la planificación urbana española, se mantiene intacto con sus calles empedradas y su olor a pasado.
(6) Término utilizado en Panamá como modismo o muletilla con diversos significados dependientes del tono con que se pronuncia.
Este post me encantó maru... es muy interesante el enfoque, y plasmaste muy bien esta realidad con tus palabras... justas, precisas, sin maquillajes innecesarios
ResponderEliminarFelicitaciones!
Ya lo leí bien y me encantó. Sabias que ahora hay toda una discusión porque quieren construir un relleno en el casco viejo? Inicialmente para ampliar la cinta costera y ahora cambiaron de proyecto. Aqui esta lo último de lo que yo me enteré...http://laestrella.com.pa/online/impreso/2011/08/07/gobierno_insiste_en_construir_un_relleno_en_el_casco_antiguo_de_san_felipe.asp
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