jueves, 22 de marzo de 2012

Volver a la ciudad

Según el censo de 1815, la ciudad de San José tenía unos 11.500 habitantes. Para la época de la separación de Costa Rica de España (1821) superaba ya en población y recursos a la ciudad de Cartago, que había sido la capital del país desde el siglo XVI. Este desarrollo se vio acelerado por el surgimiento de plantaciones de café en sus alrededores en los decenios de 1820 y 1830.
A lo largo del siglo XIX se manifestaron los signos de la planificación urbana, con el sistema de cuadrícula español y la fundación de diversos templos. 
A mediados de este siglo, la ciudad tomó un nuevo aire urbanístico, ya que se ampliaron las avenidas y se apostó por una arquitectura moderna en la ciudad. Se fundaron teatros, bancos, hoteles y edificios estatales, así como se establecieron los servicios de cañería, alumbrado público (1), tranvía y telégrafos .
Al iniciar el siglo XX el casco central josefino resultaba muy atractivo para el comercio, que creció desmesuradamente e inició la emigración de sus habitantes del centro de la ciudad hacia los alrededores más apacibles.
Fue a partir de entonces cuando la ciudad cambió su historia, aquel punto de inflexión en una ciudad que creció desordenadamente hacia las afueras, invadiendo cada vez más zonas semi rurales, olvidándose de su centro histórico, derribando su pasado y abandonando muchas veces su identidad.
En la actualidad la zona centro está casi deshabitada, pero se convierte en el lugar más importante de trabajo costarricense, el cual congrega durante el día a más de un millón de personas. A pesar de la gran afluencia de gente en San José, lamentablemente la mayoría de los usuarios estan de paso, la zona de encuentra desordenada, abandonada en términos de inversión inmobiliaria y caótica en términos de funcionalidad.
Sin embargo,a pesar de sus problemas, según estudios realizados en el ámbito de toda América Latina, San José sigue siendo una de las ciudades más seguras y menos violentas de toda la región latinoamericana, por lo cual pensar en proceso de repoblamiento en términos socio culturales resulta totalmente viable. 
En los últimos años la municipalidad y los arquitectos han realizado esfuerzos en pro de un San José posible, mejorando el espacio público e incentivando el repoblamiento de la ciudad. Poco a poco, el paisaje josefino nos hace levantar más la mirada; torres y grúas ascienden en el cielo del Paseo Colon y La Sabana (2) intentando proponer una nueva forma de entender y vivir la ciudad. 
Pero la recuperación de los centros urbanos es un efecto domino, donde el mejoramiento se esparce conforme se va implementando y poco a poco se transforman los espacios para que estos vuelvan a ser habitablemente agradables. Es un proceso que lleva años, esmerada planificación y voluntad política, y que conlleva múltiples aristas.
El proceso de repoblamiento de las ciudades viene acompañado primeramente por un proceso de renovación urbana, donde no únicamente se remozan los aspectos físicos, sino también requiere un cambio de comportamiento en la población, la cual se adapta a la dinámica propia de vivir en las ciudades y las responsabilidades y sacrificios que ello implica.
No es secreto que el modelo extensivo de ciudades (tipo norteamericanas) es un modelo excesivamente caro, de alto consumo energético y que se ha dado en países con grandes extensiones de terreno. Características no aplicables en Costa Rica. El tener que llevar redes de servicio a los extremos de la ciudad tiene un costo muy alto. La ciudad dispersa, que requiere grandes recorridos de automóvil para llegar de un lugar a otro, que consume amplias cantidades de terreno, muchas veces fértil para la producción de alimentos, atenta directamente contra el uso eficiente de los recursos.
Desde el punto de vista de la economía urbana sin duda resulta más ecológico vivir en las ciudades. Generar un modelo de ciudad mas compacto, más eficiente y más sostenible en términos económicos, sociales y ambientales es una tendencia mundial en la actualidad. Concentrar la densidad de la población en áreas determinadas, ahorra tiempo y dinero en el trasporte, lo cual es beneficiosos para la ecología urbana, especialmente con la incorporación del uso mixto, lo cual da la oportunidad de vivir y trabajar en la misma zona o en zonas próximas dentro de la misma ciudad. Con ciudades más compactas se amortigua el problema de desplazamiento y ocupación de vías y se aprovechan los servicios de la ciudad como tuberías, cloacas, pluviales, teléfono, luz.
A su vez, la renovación del los cascos históricos, sin duda implica también una reutilización de los edificios existentes, convirtiéndose en una excelente oportunidad para poner en valor el patrimonio histórico de la ciudad así como la arquitectura vernácula del país.
Es importante señalar, que para que este tipo de proyectos de repoblación sea posible es necesario que las municipalidades diseñen proyectos de uso público en las ciudades, tales como parques, plazas, aceras bien anchas y promover el uso mixto en planta baja. Otro aspecto medular en este concepto es mejorar el transporte público como la manera más económica y ecológica de moverse dentro de la ciudad.
Es cierto, San José no cuenta con todas las condiciones idóneas en este momento aunque se esta trabajando en ello, pero siempre el sector privado corre más rápido que el sector público. Como antes fueron las áreas de Escazú y Santa Ana (3), ahora es el turno de la capital , donde decenas de torres se levantan ante la promesa de una muy esperada revitalización de la capital. La apuesta de los desarrolladores por reconvertir los lotes abandonados o de mínima densidad en espacios mixtos para comercio, oficinas y vivienda ha convencido a cientos de nuevos inquilinos que hoy se suman a las poco mas de 5.000 personas que hoy habitan el casco central.
Sin embargo la capacidad de réplica de estos desarrollos en otros diseños para clases sociales mas allá de la clase alta es un desafío pendiente, así como el avance de las mejoras urbanísticas como creación de parques y avances en seguridad y transporte público. De que se logre afinar todas estas variables dependerá, en gran medida el futuro de San José y el éxito de esta aventura de “volver a la ciudad ”.


(1) El 9 de Agosto de 1884 se puso en operación una central hidroeléctrica en el Barrio Aranjuez, con lo que se pudieron iluminar unas 25 lámparas en el centro de San José; así que fue la tercera ciudad iluminada con energía eléctrica del mundo y la primera de América Latina, solamente superada por Nueva York y París.
(2) El Paseo Colón es una arteria principal de la ciudad que comunica el parque metropolitano La Sabana con el centro histórico de San José.
(3) El acelerado crecimiento de las zonas de Escazú y Santa Ana, al oeste de la ciudad durante la última década es un ejemplo de procesos de crecimiento extensivo: fincas y lotes medianos cambiaban de uso agrícola o de vivienda unifamiliar para albergar condominios y residenciales con cientos de familias de otras zonas, deseosas de disfrutar de la oferta de servicios y actividades de una zona en crecimiento.

Aquellos amores

Hace ya algunos años vivo en la ciudad de San José, la capital de Costa Rica. Una ciudad ubicada en el valle central, rodeada de montañas, quebradas y ríos que la atraviesan.
Otras ciudades centroamericanas parecieran tener mejor prensa. Panamá con sus rascacielos y su modernidad, Antigua o Granada detenidas en ese pasado encantado, La Habana y los ecos de la revolución. Ya sean grandes capitales o pequeñas ciudades, todas han encontrado la manera de “mostrase” y de contar su historia. Tienen un sello propio que las caracteriza, que las identifica, se las puede resumir con simples adjetivos que se nos vienen a la mente cuando pensamos en ellas.
Sin embargo San José es un caso particular, es una ciudad que cuesta entenderla, que a veces duele verla y por momentos nos muestra su cara más rebelde.
"De la antigua puerta de empleados del ICE viejo, 300 metros sur, condominio color papaya, departamento C1" es como debería completar en los formularios cuando me preguntan mi actual dirección. Nunca llego a hacerlo, no me alcanza el renglón en el papel. Por suerte, he encontrado formas de abreviarlo y lo cierto es que los sitios siempre se encuentran.
Pero mas allá de estas simpáticas particularidades, la ciudad de San José pareciera encontrarse en un estado de confusión constante: el tráfico, la contaminación visual, los escasos espacios públicos, el uso que sus habitantes hacen de los mismos, todo se sumerge en el desorden de una ciudad sin rumbo.
Tal vez, he tardado tanto en escribir acerca de la primera ciudad que me recibió por estas latitudes justamente porque me resulta difícil describirla. Muchas palabras aparecen mezcladas y desordenadas en mi cabeza: naturaleza, caos, montañas, verde, presas, cultura, oportunidad, tráfico, pereza, historia, amigos, tranquilidad, lluvia… tal vez mi San José encierra un poco de cada una de ellas…
A lo mejor también es cierto que con el tiempo uno puede comprender mejor las razones que hacen que esta ciudad te genere esa mezcla de sentimientos, donde algunos días te maravillas por la belleza de las montañas, el aire limpio, el verde que te inunda, o esa lluvia que regularmente se aparece en las horas de la tarde y en otros días quedas atrapada en filas interminables de vehículos apurados que no saben donde ir.
Hace algunos meses además trabajo para una empresa de relocation, y muchas veces durante los servicios de orientación debo explicar a los expatriados que se vienen a vivir al país como es la ciudad de San José. Por suerte, ahora después de varios años creo que la voy conociendo y entendiendo mejor y como aquellos amores de inicios conflictivos y finales felices, San José ahora esta en mi corazón.


jueves, 8 de marzo de 2012

Pensamientos en La Habana ( II )

Pensamientos en La Habana

Pocas ciudades resultan tan difíciles de describir como La Habana. Tal vez porque resulta imposible separarla de su historia de piratas, de riquezas, de revolución. Tal vez porque estar en La Habana duele, te emociona, te transporta, te conmueve. Una ciudad que cambió su destino, que luchó por su libertad pero que quedó atrapada en sus sueños e ideales…


La ciudad de La Habana fue fundada el 16 de noviembre de 1519 por el conquistador español Diego Velázquez de Cuellar. Aunque hay varias hipótesis del origen indígena de este nombre, la hipótesis mas aceptada lo deriva de un cacique llamado Habaguanex, que controlaba la zona del primer asentamiento.
La Habana fue la sexta villa fundada por la Corona Española en la isla de Cuba, llamada San Cristóbal de La Habana, tal vez porque era el patrón de los navegantes, y La Habana, como toponímico indígena. No obstante, antes de la fundación de La Habana, en su emplazamiento actual, la ciudad tuvo, entre 1514 y 1519, por lo menos dos asentamientos distintos.
La Habana resurgió en varias ocasiones de los escombros y cenizas a que la reducían de cuando en cuando los piratas y corsarios franceses durante la primera mitad del siglo XVI, hasta que en 1561 la corona española dispone que la ciudad sea el lugar de concentración de las naves procedentes de las colonias americanas antes de partir para la travesía del océano, por lo que se construyen defensas militares a la entrada de la bahía y en sitios estratégicos y logran hacer de ella la ciudad mejor defendida del Nuevo Mundo. Con ello, miles de marinos, funcionarios, colonos, comerciantes, aventureros llegan a la incipiente ciudad, que crece desde el puerto a ritmo vertiginoso.
Al mismo tiempo, la ciudad se edifica con los materiales más abundantes de la isla; las maderas, que proporcionan a la arquitectura de la época un encanto peculiar en combinación con los estilos llegados de la península Ibérica, y muy profusamente de las Canarias.
Durante el siglo XVII la ciudad se engrandece con construcciones monumentales civiles y religiosas. Puede verse la influencia de los diferentes estilos y culturas en la arquitectura colonial de La Habana con un rango diverso de moro, español, italiano, griego y romano. La catedral de La Habana (1748- 1777) dominando la Plaza de la Catedral es el mejor ejemplo del Barroco cubano.
A mediados del siglo XVIII, La Habana tiene más de 70.000 habitantes. El 6 de junio de 1762, los ingleses invaden la isla y toman posesión de la ciudad. Sir Georges Keppel la gobernó durante once meses, hasta mediados de 1763, fecha en la que los británicos devolvieron La Habana a los españoles, a cambio de Florida.
Hacia la década de 1850, el desarrollo de la industria azucarera, el ferrocarril, la industria tabacalera, entre otras, produjeron una pujante economía que llevó a Cuba a ser un país enormemente rico y La Habana fue el vivo reflejo de esta riqueza y prosperidad. En 1863, las murallas de la ciudad fueron derribadas para que pudiera ampliarse la urbe y construirse nuevos y espléndidos edificios. Muchos habaneros adinerados tomaron su inspiración del francés y el neoclasicismo se expandió por toda la ciudad. Las clases acomodadas se trasladaron al elegante barrio del Vedado, con sus numerosas quintas y palacetes.
A finales del siglo XIX, La Habana, después de dos guerras de independencia lanzadas por los patriotas cubanos, vive los últimos momentos de la colonización española en América, que se cierra definitivamente cuando el acorazado estadounidense Maine es hundido en su puerto, según últimas investigaciones accidentalmente, dando a los Estados Unidos el pretexto para invadir la isla. Si bien el 20 de Mayo de 1902, el gobierno vuelve a manos cubanas, hasta 1959 la influencia de los Estados Unidos será constante y decisiva, sobretodo económicamente.
Bajo la influencia estadounidense, la ciudad creció y se enriqueció con numerosos edificios, especialmente en la década de 1930, cuando se construyeron suntuosos hoteles, casinos y clubes nocturnos.
El popular paseo del Malecón fue diseñado para conectar la Vieja Habana Colonial con el Vedado. El comienzo de su construcción se remonta a 1901 durante el gobierno provisional norteamericano en la isla y se prolonga durante casi cincuenta años.Una amplia avenida de seis carriles y un larguísimo muro que se extiende sobre toda la costa norte de la capital cubana a lo largo de ocho kilómetros. Importantes monumentos se alzan a lo largo de la avenida, además de importantes arterias de la capital terminan desembocando en el malecón como la calle 23, la avenida de los Presidentes y la avenida Paseo. Otros edificios y monumentos representativos de la capital también bordean todo lo largo de la avenida malecón, conviertiendo al malecón habanero en el lugar de encuentro más visitado de la capital cubana.
Entre 1915 y 1930, el turismo era una de las principales fuentes de divisa de Cuba (superada solo por el azúcar y el tabaco). La Habana era el destino más popular del Caribe, especialmente para los estadounidenses, quienes buscaban evadir las restricciones impuestas por la ley seca en ese momento. Grandes personajes de la época pasaban temporadas en La Habana, Frank Sinatra, Ava Gardner, Winston Churchill, Gary Cooper, entre otros.
En 1925 Jean Claude Nicolas Forestier, la cabeza de la planificación urbana en París se trasladó a La Habana durante cinco años para colaborar con arquitectos y diseñadores del paisaje. Su objetivo era crear un equilibrio armónico entre el formulario clásico y el paisaje tropical. Su influencia ha dejado una marca grande en La Habana aunque muchas de sus ideas fueron apagadas por la gran depresión en 1929.
Durante las primeras décadas del siglo XX, La Habana se extendido mas rápidamente que en cualquier otro momento de su historia. Junto con Buenos Aires, eran las más grandes y más importantes ciudades latinoamericanas en lo que se refiere a la arquitectura.
Este período cuenta con grandes ejemplares de edificios con influencias internacionales de Art Nouveau, Art Deco y Ecléctico. El barrio Miramar lujuriante y adinerado copió el modelo de suburbio americano y se volvió después de 1959 un barrio de diplomáticos, científicos, embajadores y turistas. El domo del Capitolio a 62 metros de altura, era el punto más alto de la ciudad y un ejemplo de la influencia y riqueza que derivan de EE.UU. en el momento. El Edificio Bacardí (1930) es uno de los más grandes edificios de La Habana y es el mejor ejemplo de Art Deco. Localizado en una loma pequeña, esta el Hotel Nacional, construido en 1929-30 a través de un acuerdo  entre el gobierno cubano y el de EE.UU.
En los años 50, el crimen organizado estadounidense se apoderó de una buena parte de las industrias del ocio y el turismo de Cuba. De hecho, la ciudad era llamada “el Las Vegas Latino”. Muchos edificios de oficinas, y complejos de apartamentos, junto con algunos hoteles aprobados por Fulgencio Batista, fueron dramáticamente alterando el skyline. Por consiguiente, el modernismo transformó mucho la ciudad .Un ejemplo  es el Habana Libre (1958), qué antes de la revolución era el Habana Hilton Hotel. El Edificio Fosca(1956), también situado en El Vedado, representa la cima del desarrollo de los edificios denominados entonces de "propiedad horizontal". Este complejo de 39 niveles fue concebido y se basó en las ideas de Corbusier de una ciudad autónoma dentro de una ciudad. Contaba con 400 apartamentos, garajes, una escuela, un supermercado, y restaurantes en la cima. Ésta era la estructura de hormigón armado más alta del mundo en el aquel momento (no usando ningún marco de acero).
Desde el triunfo de la revolución en 1959 se hicieron grandes transformaciones sociales, principalmente en lo que afecta a la educación, la sanidad pública, los servicios. Muchas de estas transformaciones se reflejaron en las construcciones de la ciudad, que cambió su destino para siempre. Hay un límite muy definido entre la evolución de la arquitectura habanera antes y después de 1959. Desde esta fecha hasta el presente la misma se ha caracterizado por un continuado deterioro y por la ausencia de un criterio de armonía a largo plazo. Algunas urbanizaciones de esta época, han sido realizadas al estilo soviético, haciendo que parezcan sin serlo verdaderos guettos, que en vez de barrios de La Habana, parezcan distritos de Moscú. El palacio de las Convenciones es otra muestra de la combinación de la arquitectura colonial y la influencia de Unión Soviética. La construcción atípica de la embajada de la URSS en la Quinta Avenida de Playa, diseñada por Oscar Nimeyer, muestran la evolución de la arquitectura de la ciudad en esos años.
Con el deterioro de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos y la imposición de un embargo comercial contra la isla en 1961, La Habana entra en un lento proceso de deterioro que se prolonga hasta nuestros días, muchas de las mansiones, y palacios pertenecientes a las clases mas altas del país, son ocupadas por cubanos que no pueden hacerse cargo de su mantenimiento, por lo cual, la corrosión por la sal del mar, las lluvias, principalmente han llegado a derribar lamentablemente parte de su estructura.
Como resultado del colapso de la unión Soviética y sus aliados de Europa del Este en 1989 y a principios de los años 1990, Cuba se sumió en una crisis económica  muy profunda. La solución, nuevamente fue recurrir al turismo, y el gobierno cubano invirtió sumas significativas en el sector para atraer visitantes al país que se traduce en una intensiva construcción de hoteles  en los municipios de mayor interés turístico.
Desde hace unos años, el centro histórico de la Ciudad de La Habana, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1982, es objeto de restauraciones realizadas por un equipo de historiadores y arquitectos dirigidos por la Oficina del Historiador de La Habana. Esta oficina y sus empresas asociadas han promovido, financiado y ejecutado la reconstrucción de las partes más antiguas y significativas de la ciudad, intentando respetar al máximo la construcción original y procurando la armonía entre la habitabilidad, los principios sociales y la atracción turística.

martes, 2 de agosto de 2011

De rascacielos y otros pues

Posiblemente la ciudad de Panamá sea la ciudad en la cual he estado donde más metros cuadrado se están construyendo a la vez, tan próximos unos de  otros que a veces parece ser parte de una misma obra.


Como profesional de la construcción, mi visión de Panamá luego de una visita de unos días a la ciudad, es la de una ciudad pujante, que aprovecha al máximo sus metros cuadrados, su privilegiada ubicación, su auge económico. Una ciudad en donde hay trabajo para todos los gremios relacionados a esta tan difícil y vulnerable industria. Una ciudad donde se mueven capitales, una ciudad como pocas en Latinoamérica y casi ninguna en Centroamérica, que esta actualmente viviendo un proceso imparable de construcción (1).

Como arquitecta tal vez me emociono más, cuando recorro el casco antiguo de la ciudad y compruebo como ha comenzado ya hace algunos años el proceso de revalorización de un pasado que identifica a los panameños como sociedad y les devuelve parte de su historia.

Dos realidades completamente diferentes que acontecen de manera simultánea a cada lado de la bahía separadas solamente por un mar que le sirve de reflejo. Dos realidades que resumen muchas corrientes y pensamientos del quehacer actual de la arquitectura: un imparable desarrollo urbano por un lado y la conservación del patrimonio arquitectónico por el otro.

Ya desde el avión, Panamá se nos ofrece como un oasis para la inversión inmobiliaria; rascacielos eternos que emergen por la ciudad, siluetas de los edificios que se recortan en el cielo y conforman un moderno perfil sobre el mar.

Una vez en hotel (que seguramente también será un edificio de “varios” pisos), folletos y revistas nos venderán estas nuevas viviendas como símbolo de poder, bienestar, y porque no de felicidad… todo lo tenemos ahí: apilados uniformemente unos sobre otros, vivienda, bares, negocios, spa, gimnasio, piscina, y hasta helipuerto. Solo basta con apretar un botón del ascensor para trasladarnos del trabajo, al ocio, del ocio al hogar. Torres de diseño, obras de autor, edificios de papás millonarios y apellidos famosos (2).

Diversas razones, entre las que se encuentran el tránsito anual de catorce mil barcos por el país, los 150 bancos mundiales que tienen sede en la ciudad y que albergan capitales de empresas, han motivado el denominado boom inmobiliario, un efecto que ha traído como resultado la construcción de edificios de gran altura, de más de cincuenta pisos.


Durante varios años, el horizonte de la ciudad de Panamá había permanecido bastante quieto, con sólo cuatro edificios de más de 150 m. A partir de comienzo de la década del 2000, la ciudad experimentó un gran auge de la construcción, con los nuevos edificios que se levantan por toda la ciudad (3).

Con una legislación que ampara y promueve estas tipologías para determinadas áreas de la ciudad, la zonificación de la ciudad fue regulada en el 2004 (4). En los últimos años se contrató a costo multimillonario la confección de un plan regulador para la ciudad de Panamá. Una de sus recomendaciones es aumentar la densidad de la ciudad, es decir la cantidad de población por unidad de área, forzando un uso más intensivo mediante edificios cada vez más altos.

Es inevitable sorprenderse ante este escenario, imaginarse cuanta tecnología puesta al servicio de la arquitectura, preguntarse quién vivirá detrás de esa proliferación de ventanas una al lado de la otra, una sobre otra … y entonces nos invade una pregunta: ¿Estará preparada la ciudad para recibir todas estas esbeltas torres de cristal?

Congestionamiento del tránsito, (dado que la ciudad crece en población, edificaciones y automóviles a una velocidad muchísimo mayor que la construcción y ampliación de avenidas), así como de estacionamientos públicos, infraestructura colapsada, precios inaccesibles para la mayoría de la población son también consecuencia de este boom que a pesar de todo parece no detenerse.


Mientras tanto, del otro lado de la bahía, se escuchan los fuertes latidos de un hasta hace poco olvidado casco antiguo de la ciudad, el llamado barrio de San Felipe (5). Declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1997, este barrio cuenta con bellos edificios del siglo XIX, exponentes de estilos arquitectónicos español, francés y americano.

En su interior se erigieron edificios religiosos, militares y civiles los cuales se conservan y hoy en día albergan las principales instituciones de la República: el Palacio Municipal, el Palacio de Gobierno y Justicia, la Corte Suprema de Justicia (remodelada para ser la sede del Instituto Nacional de Cultura), la Cancillería, así como la Catedral Metropolitana frente a la Plaza Mayor denominada también Plaza de la Independencia, el Teatro Nacional, y numerosos museos. Además hay una gran cantidad de casas antiguas que denotan el auge y poder económico que ya tenia esta región en el pasado.

Esta zona por estos días esta transitando un proceso de reconversión muy interesante. Sus hermosas edificaciones, hoy son convertidas en pequeños hospedajes, cafés, restaurantes al aire libre y tiendas de souvenir que le otorgan al barrio una atmósfera de sosiego y remanso.


Sin embargo, tampoco aquí el panorama parece ser del todo fácil, ya que este barrio una vez abandonado por la burguesía panameña que lo erigió, fue utilizado por las clases sociales de menores recursos quienes ocuparon las antiguas mansiones y las subdividieron provocando los conocidos problemas de hacinamiento, marginalidad, y deterioro que sufrieron muchos cascos antiguos de nuestras ciudades latinoamericanas.

El proceso que hoy vive esta zona de la ciudad debe estar acompañado de políticas claras sociales de inclusión, de intenciones colectivas de devolverle a la ciudad y principalmente a todos sus ciudadanos una parte de su pasado.

Ya se han realizado algunas importantes obras de infraestructura para conectar el área con el resto de la ciudad, pero el desafio es aún muy grande, las edificaciones van subiendo el precio de venta, se observan algunos problemas en cuanto a desagües y falta de infraestructura, el porcentaje reparado es todavía escaso y el daño provocado por tantos años de olvido muy grande.

Las intenciones sin embargo estas marcadas y como amante de la conservación del patrimonio y la puesta en valor de nuestro pasado, sin dudas estos procesos me entusiasman y confortan.

Dos caras de una ciudad, dos tiempos yuxtapuestos en sus calles, por un lado el pasado con sus lentas calles llenas de tradición y casas con tejados, del otro lado un futuro que no se detiene a preguntar demasiado… en el medio este presente que nos envuelve como la brisa del mar en las noches de verano pues (6).




(1) Actualmente en Panamá, se encuentran en proyecto, aprobados o en construcción una gran cantidad de edificios que superan los 200 m. de altura, e incluso algunos que alcanzan los 300m. y estarán incluidos dentro de los 200 rascacielos más altos del mundo. Se ha convertido en la "ciudad de los rascacielos" de América Latina.

(2) Por ejemplo :Trump Ocean Club International Hotel & Tower, Yoo panamá & Arts Tower ( by
Philippe Starck)

(3) A comienzos de 2011 se terminó de construir The Point, con 266 m. es el edificio culminado más alto del país. En proyecto futuro resalta la Torre Financiera, un rascacielos propuesto en la ciudad de Panamá, que sobrepasará a los demás rascacielos, convirtiéndose en la edificación más alta del país y de América Latina.

(4) La zonificación de la ciudad, que fue regulada en 2004 por el Ministerio de Vivienda (MIVI), define a los sectores de San Francisco, Punta Paitilla, Calle 50, Avenida Balboa, Costa del Este, Punta Pacífica como áreas aptas para la construcción de edificios altos. Actualmente, la construcción de este  tipo de edificio está reglamentado por la Ley 49 de 2004, que derogó la Ley 78 de 1941, la cual establecía que la altura estaría condicionada por el ancho de la vía donde se encontrase la estructura. Con la nueva ley 49, su altura queda definida en función de la densidad de población del terreno, que como máximo en ciertas zonas, podrá ser de 1500 residentes por hectárea.

(5) Es la segunda Ciudad de Panamá fundada en 1673 después de la destrucción de la primera ciudad hoy denominada "Panamá La Vieja", hecho ocurrido en 1671 con el ataque del pirata Henry Morgan. Es por esta razón que su nueva construcción se hizo como ciudad fortificada con una gruesa muralla de piedras y siete baluartes para protegerla de cualquier intento de ataque pirata. Su trazado, del siglo XVII y propio de la planificación urbana española, se mantiene intacto con sus calles empedradas y su olor a pasado.

(6) Término utilizado en Panamá  como modismo o muletilla con diversos significados dependientes del tono con que se pronuncia.

lunes, 1 de agosto de 2011

La ciudad dormida

Rodeada de tres gigantes de humo (1), una ciudad cerró sus ojos a la edad presente y enamorada de su antigua vida, se echo a dormir introspectivamente…

Dicen que Antigua Guatemala (2) es la ciudad más hermosa de las Américas. Lo cierto es que cuando uno la visita se da cuenta que ha caído preso de una fascinación única de esas que solo los lugares mágicos pueden provocar.

El historiador y cronista Rafael Vicente Álvarez Polanco (3) dice “ el extranjero que al pisar las piedras centenarias de Antigua y al deambular por sus caminos polvorientos que conducen hasta el remanso de paz, el espíritu se colma de ensueño, se comulga con un íntimo misticismo y se embraga de verdor y de paisaje, ya que sabiéndolo o no, obligadamente al traspasar sus puentes de fino calicanto se ha adentrado uno en una historia de esas que mezclan gente y naturaleza, una ciudad que en su época de gloria y pujanza compitió con México y con Lima, y que ahora tan solo vive de recuerdos, envuelta en la magia de sus íntimos silencios…"

Un mundo de fantasía en el que los años dan marcha atrás, donde se revive la historia de siglos, enmarcada en la autenticidad de este retablo inmenso que conforma una de las ciudades mas bellas de este continente: la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, hoy conocida como Antigua Guatemala.

¿Pero cuál es exactamente la razón de ese encanto y misticismo que esta ciudad genera en sus visitantes? ¿Cuál es el secreto que esconde detrás de  sus coloreados y gruesos muros de piedra? ¿Por qué sus patios, sus ruinas, sus calles tienen tal efecto hipnótico para quienes los recorren?

Situada en el corazón del valle de Panchoy –a 1.530 m de altitud, Antigua Guatemala fue fundada en 1543 bajo el nombre de Santiago de los Caballeros, con el propósito de que fuera la capital del Reino de Guatemala, un inmenso territorio que abarcaba a los actuales estados de Chiapas, Guatemala, Bélice, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica. Fue la tercera sede de la capital de este reino luego de la destrucción del segundo sitio, ubicado en el valle de Almolonga, en las faldas del Volcán de Agua (a donde había sido llevada tras abandonar el primer asentamiento en 1527). 

Esta urbe ejerció notable influencia estética en el área aledaña y en gran parte de Centroamérica. Durante su desarrollo y esplendor fue conocida como una de las tres ciudades más hermosas de las Indias Españolas.

En 1773, el último y más ruinoso de una larga lista de terremotos obligó a los habitantes de la ciudad a abandonarla para ir a fundar la actual capital, Ciudad de Guatemala, 50 kilómetros más al este. En 1775 la Corona aprobó el traslado y comenzó a llamarse al lugar “La Antigua Guatemala”.

Fue así como la vida de una capital colonial fue completamente detenida en el apogeo de su desarrollo, en pleno florecimiento del barroco, cortaron su proceso de crecimiento y modificación. El resto de las grandes ciudades coloniales como México, Puebla de Zaragoza, Lima, Quito o Potosí  padecieron de la furia destructiva del neoclasicismo en el siglo pasado, más no fue el caso de la Antigua Guatemala que ha permanecido detenida en el tiempo, en ese estado de suspensión, ilesa e inalterada.

Sin embargo, pese al traslado de miles de personas hacia la nueva capital, los habitantes que permanecieron en la antigua ciudad se dieron de a poco a la tarea de recuperar la belleza de las edificaciones. Desde entonces es una pequeña y antigua ciudad colonial, con sus casas de una sola planta que a menudo ocultan unos patios y jardines suntuosos, con las imponentes ruinas de sus muchísimas iglesias y conventos, y con ese plácido transcurrir de la vida cotidiana por sus calles empedradas.

Pocos lugares conservan tantos elementos, imágenes, calles y arquitectura del pasado como la Antigua Guatemala. Desde el punto de vista arquitectónico y estético es apasionante no sólo por la grandeza de lo que en una época fué y que se ha reconstruido, sino también en sus ruinas mismas, la mayoría ahora confinadas a conventos e iglesias. Construcciones derruidas, arcos rotos y vigas rajadas, de algún modo, se suavizaron con el paso del tiempo, y se ven realzados por el musgo y las buganvillas que crecen a su alrededor.
 

Hoy en día la Antigua mantiene su herencia en una escala que es única entre las áreas coloniales hispánicas.
Paradójicamente, los mismos terremotos que la destruyeron han permitido, al trasladarse la actual capital, que se haya conservado el ambiente colonial con tanta pureza. El pasado en la Antigua Guatemala está incrustado en cada calle y rincón de esta ciudad dormida…


 (1) Tres son los volcanes que rodean la ciudad, dan la idea de ser altivos guardianes de esta ciudad: Volcán del Agua, al sur de la ciudad; con una altura de 3753 metros. Volcán de Acatenango: el padre de las montañas. Pico de mayor altura 3960 metros, semi apagado. Volcán de Fuego, con una altura de 3918 metros, en constante erupción, se pueden ver sus fumarolas. A la vista de tan dramática ubicación natural, cabría preguntarse sobre las verdaderas razones que indujeron a los españoles a levantar la ciudad aquí. Nadie conoce la respuesta pero de lo que no cabe la menor duda es que se encuentra en el corazón de lo que muchos consideran el valle más espectacular de Guatemala.

(2) La ciudad de Antigua Guatemala es cabecera del municipio homónimo y del departamento de Sacatepéquez. De acuerdo al censo oficial de 2002 tiene una población de 41.097 habitantes. Con apenas 15 kilómetros cuadrados, es reconocida por su bien preservada arquitectura renacentista española con fachadas barrocas del Nuevo Mundo, así como un gran número de ruinas de iglesias. Su altura en el centro de la Plaza castellana de Armas alcanza 1530 metros sobre el nivel del mar, con un clima atemplado de 18 grados centigrados.

(3) El historiador don Rafael Vicente Álvarez Polanco (q.e.p.d.) fue un personaje que siempre se preocupó del rescate de Antigua Guatemala, por lo que se le dió el título de Cronista de la Ciudad.

(4) La Antigua Guatemala es declarada Monumento Nacional el 30 de marzo de 1944. Veintiún años más tarde, en julio de 1965 fue declarada Ciudad Monumento de América por la VIII Asamblea General del Instituto Panamericano de Geografía e Historia. Finalmente en noviembre de 1979 la Ciudad Colonial es declarada Patrimonio Mundial Cultural y Natural de la UNESCO, convirtiéndose ante los ojos del mundo en un reconocido tesoro de la humanidad.
La UNESCO, es unaorganización que reconoce lugares en esta categoría por diversas razones, entre ellas los esfuerzos realizados para su reconstrucción y constante revitalización, así como el respeto de normas de conservación que mantienen estos tesoros muy parecidos a su estado original.

jueves, 2 de junio de 2011

La Gran Sultana

La idea de visitar Granada (1), surgió casi por casualidad cuando planeábamos las vacaciones de fin de año con la familia. Nos movíamos hacia el norte de Costa Rica, teníamos algo de tiempo, y salvo el cruce de la frontera que nos habían advertido sería engorroso, no parecían haber mayores inconvenientes.
Nicaragua nos sorprendió, como sorprenden aquellos lugares de los cuales poco hemos oído hablar. Lugares que al visitarlos te envuelven en su magia, en donde el calor te penetra en el cuerpo y poco a poco  te enamoras de esa cálida sensación. Al llegar a Nicaragua, sus colores invadieron nuestros ojos y su encanto traspasó nuestra piel.
Ya en el camino, este país nos recibió con sus mejores postales: un volcán misterioso en medio de un lago aún más bello, un viejo carro tirado por bueyes, animales en fila al costado del camino, un bus amarillo que con grandes inscripciones en letras rojas nos indicaba la dirección a Managua.
Eran cerca de las seis de la tarde cuando entramos en Granada. Tras varias horas en el auto, el cansancio y la inquietud habían aumentado, pero Granada nos estaba esperando sonriente y alegre a la orilla del lago (2) sin el menor signo de ansiedad aparente.
Esta ciudad fue declarada patrimonio histórico y cultural de Nicaragua el 2 de Junio de 1995. Por estos días esta viviendo un proceso de lenta restauración, lanzándose al mercado del turismo como una joya perdida en un país que por momentos parece detenido en el tiempo. 
Granada aún guarda esa belleza particular y auténtica con la cual se ganó el nombre de La Gran Sultana (3), como se la conoce en Centroamérica, aunque ese nombre en realidad se deba más a estar emplazada al lado de volcán Mombacho antiguamente conocido como el Sultán.
La ciudad de Granada fue fundada entre Xalteva (4) y el Cocibolca o Gran Lago de Nicaragua, por el conquistador español Francisco Hernández de Córdoba en el año 1524, constituyéndose en uno de los asentamientos coloniales más antiguos de Centroamérica. Fue justamente esa ubicación privilegiada la que selló el destino de Granada, por su condición de puerto y cabecera de la ruta fluvial desde el lago hasta el Océano Atlántico a través del río San Juan. 
Durante el período colonial Granada se convierte en uno de los puertos comerciales de mayor importancia en Centroamérica a la vez que empiezan las construcciones de la ciudad, todo regido por la tradición arquitectónica urbana española de la Plaza Mayor de los Poderes, al centro de la ciudad.
En los sesenta años iniciales del siglo XVII, el auge comercial hace de Granada una ciudad principal. Acompañaba su actividad portuaria además sus crecientes plantaciones de tabaco y de cacao, las haciendas de ganado vacuno y mular. El comercio de Granada se efectuaba con Cartagena, Guatemala, El Salvador, Panamá y el Perú.
Con una historia marcada por piratas, guerra civil, y rivalidades entre España, Inglaterra, Holanda y Francia; Granada fue víctima de numerosos sucesos que pusieron en riesgo su continuidad. "Here was Granada"("aquí fué Granada") son las tristes palabras que aún retumban en los pocos muros originales de la primera ciudad. Palabras que resumen el dolor y daño que causó el incendio que el 8 de Abril de 1856, bajo las órdenes del filibustero William Walker (5), quien antes de retirarse de Granada, mandó a quemar aquella ciudad colonial.
Pero si bien el más doloroso, este no va ser el único hecho trágico que marcó su historia. Historia que se ve reflejada en su arquitectura, la cual se distingue por la fusión de  diversos elementos arquitectónicos en la construcción de la ciudad. Es así, que nos podemos encontrar recorriendo sus calles con diferentes estilos como el colonial, el barroco o el neoclásico.
Como suele suceder en la mayoría de las ciudades coloniales, una de las mejores maneras para conocer Granada es andar por sus calles a pie. Cada esquina nos cuenta alguna historia. Sin embargo, lo que esta ciudad nos cuenta no es solo la historia de siglos atrás. Lo que siento diferencia a Granada de otras ciudades centroamericanas es que esta ciudad hoy vive esa historia. En Granada el presente se vive en ese pasado y sus habitantes la hacen tan real y natural que cuesta pensarlos por separado. Pasado y presente conviven en la ciudad sin poder establecer claramente que elemento pertenece a uno u a otro tiempo.
En el siglo XX, la ciudad ha tenido otro tipo de desarrollo, perdió la hegemonía política pero no su carácter de ancestro colonial y neoclásico. Varios de los edificios coloniales hoy están siendo remodelados, convertidos en hoteles, restaurantes, viviendas particulares, que retoman ese pasado con un aire  renovado. Sin lugar a dudas, la ciudad esta viviendo un proceso de rehabilitación que bien llevado a cabo puede aprovechar la belleza del lugar, el encanto de una ciudad colonial y la vida de un centro urbano. Lo maravilloso sería que en este proceso, Granada no pierda su condición de ciudad real.
Muchas imágenes me han enamorado de Granada: sus edificios coloniales alrededor del Parque Central, con sus olores a vigorón (6), su música y artesanías, los tejados coloniales con sus bungavilleas alrededor, La Merced, Xalteva, o bien el Mercado Municipal, donde todas las mañanas se congregan cientos de granadinos en busca de frutas tropicales, verduras frescas, carne, queso, huevos y pescados.
Sin embargo, aquella imagen que con mayor frecuencia aparece en mi recuerdo son las puertas de Granada. Esas puertas ciegas de pesada madera y tranquilas proporciones que una a una se suceden agujereando los muros de colores. Detrás de ellas se esconden los típicos patios con plantas tropicales, seguramente habrá una fuente de agua,  y las amplias y sombrias habitaciones con sus mecedoras que se sacan a los andenes por las noches para aprovechar el aire fresco. Detrás de estas puertas se esconde la verdadera sultana.

(1) Granada es una de las más importantes ciudades de Nicaragua en tamaño después de Managua, pero es la primera ciudad de interés histórico y de importancia turística, se encuentra a sólo 40 km. al sur de Managua, a 90 km. de la frontera con Costa Rica y a 50 km. de las playas más bellas del Océano Pacífico.

(2)La ciudad de Guatemala se ubica a orillas del lago Cocibolca (lago de Nicaragua)

(3) Este nombre fue utilizado por primera vez en 1882 por la escritora española Baronesa de Wilson cuyo nombre era Emilia Serrano Garcia del Tornell, ella la nombró así por su Volcán conocido como "El Sultán y su novia Granada"

(4) Habitaban en ese entonces en Xalteva los diarianes, una tribu de los choretega, guerreros y artistas que poseían conocimientos en varias disciplinas como la astronomía, la botánica y la medicina eran parte de un cacicazgo donde se destacaba también la clase de los comerciantes. Nequecheri era el nombre de la provincia indígena.

(5) William Walker: fue un médico, abogado, periodista y político estadounidense. Es el más reconocido de los denominados "filibusteros". En 1855, junto a un grupo de reclutas conocidos como «Los Inmortales», se dirigió hacia Nicaragua, país que se encontraba inmerso en una guerra civil, y luchó al lado del bando democrático, que pretendía derrocar al presidente legitimista Fruto Chamorro Pérez. Sin embargo, a medida que avanzaba en sus campañas militares, logró asumir del poder mediante unas elecciones amañadas, en las cuales resultó electo como presidente de la nación. Debido a la amenaza que representaba su estadía en Centroamérica, los demás países de la región iniciaron una ofensiva para expulsarlo del territorio, dando lugar a la Guerra Nacional de Nicaraguan y la Campaña Nacional de Costa Rica. El conflicto también involucró a Estados Unidos, al Reino Unido y al empresario Cornelius Vanderbilt. William Walker claudicó el 1 de mayo de 1857 y abandonó el territorio centroamericano. A pesar de su derrota, organizó nuevas expediciones para apoderarse de Nicaragua, pero acabó fusilado en Honduras. Las invasiones de este aventurero colaboraron a la formación del concepto de América Latina.

(6) Plato típico: yuca cocida con Chicharrón de cáscara con su respectiva chica o cualquier otro refresco natural.